Introducción

Camillo Tosti cumple 100 años!

¡Éste es el gran acontecimiento del 10 de enero del 2012!

He querido hacerle un homenaje invitando a todo sus familiares y amigos a que le escriban. No se trata de los sólitos buenos deseos de cumpleaños pues comprenderán que al que tiene 3 cifras en su edad no se le puede felicitar igual.

Es sobre las vivencias que hemos tenido con él. Es el Camillo en todas sus edades, casi (no he encontrado quien lo conozca de niño) y que está vivo en la memoria de quienes lo conocemos como si todos los momentos de su vida estuvieran juntos, reunidos en el presente.

Myriam Mercedes

viernes, 23 de diciembre de 2011

Calelo Heredia Berti (amiga)

La foto de la brisera fue regalo del Tio Camilo cuando me casé con Víctor van Iterson . Desde entonces es mi adorno de navidad cada año . La compañera de la brisera me la regaló Zanahoria y cuando tengo una cena las coloco las dos y aprovecho de echar el cuento otra vez..


Mi abuelo Arturo Berti le decía a sus 6 hijas: “Todos los enamorados dan fama” me imagino, que un poco preocupado por la empresa de casarlas a todas, pero esta estrategia (de la fama) no le hizo falta por que todas consiguieron en Boconó, aislado del mundo en esa época, unos grandes partidos que todavía no me explico.

Tengo un enamorado que nunca estuvo enamorado de mí pero del que me quedó la fama. Un día vino a Palmita mi tío Arturo Luis Berti con su cuñado Camilo Tosti, llegaron de paseo a Boconó ¡Cielos me tocó a mi ser la anfitriona! Yo estaba feliz de tenerlos en casa, pero estresadísima de cumplir bien con mi papel, gracias a Dios mis vecinas colaboraron con arepitas y mojo para los desayunos, insumos para el almuerzo y cena, todas sabían que me tenían que hacer quedar bien con los huéspedes de honor, agradezco mucho la solidaridad de mi vecindario.

La bondad de Tío Arturo, la delicadeza del Tío Camilo, la prudencia de ambos me hicieron sentir que el empeño no fue en vano y que su pase por la Palmita en mi casita de campo fue tan grato como la lectura del “Vientecito suave del amanecer con los primeros aromas” de Ramón Palomares.

Nos hicimos amigos, paseamos por caminos de tierra y piedras, visitamos a los campesinos y tomamos el café en tazas que a veces salían con una plumita de gallina que andaba por allí cerca. Y el tío Camilo con flux, corbata, zapato de suela y pullover. Cuando se fue un campesino me tocó la puerta y me preguntó: “Calelo, ¿verdad que a su casa llegó un príncipe?.......

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