Entrevista a Ernes Menda (prima de Italia) por M.A.

Ernestina Menda y J. Tomas Paredes el día de su matrimonio

-¿Que recuerdas de la Caracas de esa época?

- En mi infancia mi papá trabajo en varias partes de Venezuela, pero cuando se casó Italia estábamos en Caracas. Vivíamos en la esquina de Pinto. Mi mamá la llamaba mi casita de Pinto, Miseria a Pinto, pero era en toda la esquina de Pinto. Era una casa que era diferente a las demás porque de un lado tenía dos ventanas y del lado izquierdo tenía una que abría hacia el patio. La llamaban la casa de las 3 ventanas y de las 7 mujeres, porque no había varones.

-También recuerdo que mi papá me llevaba a clases de declamación –mucho antes de que se casara Italia- Me llevaba caminando porque entonces todos caminaban menos los ministros de Gómez que tenían carro. En una ocasión yo subí al estrado, cuando la mayoría sólo subía al primer escalón y todos se asombraron porque declamé una poesía como si estuviera acostumbrada a hacerlo.

-Cuéntame como fue el matrimonio de Italia y Camillo

-Para mí el matrimonio de Italia y Camillo fue algo fabuloso, era el primer matrimonio que yo iba, sólo tenía 13 años. Nos tocaba tanto a Letty mi prima como a mí llevarles la cola. Los trajes que cargábamos nosotros eran bellísimos, eran de tafetán blanco, muy bellos. Italia estaba deslumbrante, me parece que recuerdo que el modisto que le hizo el traje se llamaba Hüleck, era un modisto de mucha fama, ella llevaba de tocado como un solideo, el traje era como estilo Romeo y Julieta, estaba bellísima. No recuerdo bien pero creo que era un matrimonio de mesa servida y a ellos le pusieron –según nos dijeron se acostumbraba en Italia- una mesita redonda pequeña con un mantel blanco, donde se sentaron frente a frente los novios. Recuerdo mucha gente, yo estaba deslumbrada porque no había ido nunca a una boda. Y luego más tarde recuerdo, Italia se retiró a un cuarto trasero donde había muchos escaparates, de ahí salió vestida con un taller muy lindo y ha todo el mundo le decía gracias por sus regalos.

-El rencuentro con Camillo años después lo recuerdo, cuando él venía a pasar el invierno aquí con Italia. Italia ya no era la misma, la sílfide que era antes, por la enfermedad que tenía le mandaban mucha cortisona. Y al lado iba como un caballero fiel, Camillo, con un maletín de medicinas que ella necesitaba.

- Él es un caballero en todo sentido, a sus casi cien años se levanta cuando tú llegas. Quiero mucho a Camillo y le tengo mucho cariño y un gran respeto también. Es una gracia de Dios que llegue a los 100 años. Lo cual a toda la familia nos llena de orgullo y satisfacción.