Mi amiga Paquí, andaluza, maestra y de pelo rizado, como siempre viene a Roma en Navidad. Mi abuelo le pregunta:
¿Te quedas para la fiesta?
A ella le gustaría, pero trabaja y el trabajo es cruel, no le permiten quedarse.
Paqui dice que no se le da muy bien lo de escribir, pero insistió que su nombre quede grabado en este libro.
Camillo siempre me recibe con gran cariño y generosidad. Pero detrás de cada encuentro nunca falta una broma sobre mi pelo:
-A ver como traes el pelo esta vez
-Pareces una leona....
Yo me río y él también.
Me viene a la cabeza otro momento divertido. En los almuerzos, las preguntas de historia nunca faltan y mis respuestas siempre son las mismas:
-Pues... no lo se ¡no estoy segura!….
Que interesante todo lo que cuenta, todo lo que ha vivido y todo lo que uno puede aprender de él.
En definitiva lo que puedo decir es que el abuelo de Monica es una persona entrañable y que me encanta haberlo conocido.
-Le deseo todo lo mejor y un muy ¡feliz 100 Años! Paqui
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