Francisco Suniaga su esposo y Guillermina
Cuando por primera vez llegué a Roma en mayo de 1974, Camillo e Italia generosamente me acogieron en su casa de Parioli. Fueron esos unos días maravillosos que no olvido. Era Roma mi primer destino como diplomática venezolana y estar en la casa de los Tosti fue la mejor manera de comenzar mi carrera.
Desde siempre me pareció Camillo un hombre dulce y generoso, que había tenido una vida extraordinaria con episodios que podrían sorprender a cualquiera. Pero su humildad y sencillez al relatar muchas de esas historias resaltaban por encima de cualquier otra cosa.
No puedo sino estar inmensamente agradecida por haber conocido a la gran persona que es Camillo Tosti y en la oportunidad de su cumpleaños número 100, desearle que los celebre lleno de felicidad rodeado de quienes tanto le quieren.
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