Introducción

Camillo Tosti cumple 100 años!

¡Éste es el gran acontecimiento del 10 de enero del 2012!

He querido hacerle un homenaje invitando a todo sus familiares y amigos a que le escriban. No se trata de los sólitos buenos deseos de cumpleaños pues comprenderán que al que tiene 3 cifras en su edad no se le puede felicitar igual.

Es sobre las vivencias que hemos tenido con él. Es el Camillo en todas sus edades, casi (no he encontrado quien lo conozca de niño) y que está vivo en la memoria de quienes lo conocemos como si todos los momentos de su vida estuvieran juntos, reunidos en el presente.

Myriam Mercedes

domingo, 25 de diciembre de 2011

Camillo en varias edades



durante la 2da guerra mundial, años '4o






sus bisnietos: Sara y Daniele, cerca años 2010



celebración de matrimonio de los 50 años de Salvador y Josefa, y los 25 de Camillo e Italia, 1962












Camillo e Italia con sus nietas Monica y Miriam en Rio de Janeiro, finales '60 principio 70











sábado, 24 de diciembre de 2011

Myriam Mercedes Alamo Cupello (sobrina)

---



Myriam en el colegio interno

Este blog tiene la intención de describir al tío Camillo visto de los ojos de cada uno de aquellos que lo conocemos, lo contrario de una autobiografía. Tampoco es una biografía colectiva, pues quien ha vivido tanto, no tiene amigos que lo conocieran de chiquito. Es lo que en nuestro recuerdo él significa para nosotros.

Que quede claro que no soy yo la que va a contar las cosas trascendentes que le tocó vivir en su larga vida. No había nacido cuando fue a la guerra y tampoco estuve presente cuando se reunió con ilustres para fundar lo que después se convirtió en la Unión Europea.

Pero si hubo un momento en que desde mi perspectiva de niña, combinamos un plan magistral para manipular ese mundo poderoso, que para una niña de 13 años representa el mundo de los adultos.

Con la mayor discreción, sin levantar sospechas de mi tía Italia, escribimos una carta juntos, desde Roma dirigida a mi familia en Caracas. Él, veterano a sus cincuenta en el mundo de los adultos, me pidió que le trajera mis revistas de grupos de Rock, llena de fotografías de personajes extravagantes de pelos largos, que a mediados de los 60 eran vistos con la misma extrañeza como veríamos hoy un gorila tomando el autobús. ¿El motivo? Pues era encontrar alguien con el aspecto adecuado para ser mi futuro marido. Lo que no existe, ya que nadie consideraría conveniente un matrimonio a los 13. Pero justamente ahí estaba la grandeza de la idea, encontrar lo inconveniente para burlarnos de los convencionalismos, el “Establishment”.

A continuación nos dispusimos a escribir la carta que acompañaba la foto, que describía el gran amor que me unía a mi comprometido incondicional y eternamente. No descuidamos los valores convencionales como quien es considerado “Un buen partido”. El baterista de la foto, que insólitamente le llegaba el cabello hasta los hombros –declaramos- era hijo de un reconocido y destacado barbero de Liverpool. Por cierto la ciudad natal de los Beatles, por los cuales yo en ese momento moría de amor.

La tía Italia inocente de nuestro ardid, sin saber, colaboró para darle credibilidad a nuestra historia. Yo había llegado hace 3 meses a un colegio interno en Inglaterra y estaba pasando mis vacaciones de navidad con ellos en Roma. El cambio de clima europeo me produjo un desequilibrio hormonal y paré de menstruar. Está demás decirlo hay otras razones que producen el mismo efecto. Mi tía lo notó y juzgo prudente informarlo a mis padres. La carta que firmé yo pero que concibió el tío Camillo, llegó simultáneamente con la de ella a Caracas.

Todo funciono como lo planeamos, conmocionamos ese mundo de adultos pretenciosos, que siempre piensan que lo saben todo y se engañan más fácil que a un niño.

Por último, el tío Camillo no ha cambiado gran cosa desde entonces. Para madurar todavía le faltan algunos añitos.

Myriam Álamo Cupello, su sobrina

Daniele Giannoni (biznieto)

Daniele

Entrevista a Angelina Cupello de Risquez (cuñada) por M.A.













mamá de Camillo_________________ Italia y Carlitos


-Cuéntame lo que te acuerdes del tío Camillo-


-Italia cuando era chiquita era flaquita, un hueso, no era bonita y casi no hablaba. Pero cuando me mandaron al colegio interno se transformó, el pelo se le puso bonito y cuando me iba a visitar los domingos me llevaba tejidos hechos por ella. Empezó a tener muchos enamorados, yo tenía 5 o 6 pero ella tenía unos 20-

-Yo conocí a Camillo el día del cumpleaños de Italia. Ese día hicimos una fiesta y yo le abrí la puerta. El venía invitado por sus hermanas Hèlena y Ela, que era compañera de colegio de Italia. No se me olvidará la mirada de Camillo al entrar, con esos ojos grandes y azules, con una capa del mismo color de sus ojos. Clavó la mirada en Italia que estaba bailando con otro. Quedo eclipsado-

- Ese día Camillo se le declaró y otros 10 también pero a quien aceptó fue a Camillo. Yo le dije después, como es que aceptas a un desconocido-

-La verdad es, que no es que lo acepto sino que bailo con él. En esa época se apuntaban en un carnet y ella se dejó firmar todas las piezas por él. Los demás estaban furiosos-

-¿Que edad tenía entonces el tío Camillo?

-Veintiuno, acababa de llegar de hacer el servicio militar. Era el mayor del grupo y era muy respetado. Ya estaba graduado de abogado y trabajaba en un bufete. Italia ya conocía a Camillo antes de la fiesta. Una amiga suya que estaba enamorada de él le había hecho confidencias y le contaba sus problemas, también que no sabía que hacer para conquistarse a Camillo. No me acuerdo de su nombre, pero sé que tenía mal carácter y era malcriada-

Es difícil saber si la muchacha realmente tenía todos esos defectos que le pone la tía Angelina. Lo que recuerdo es que la propia tía Italia me hizo referencia a ella y me dijo que había hecho el intento de reconciliarlos.

-¿Como fue el noviazgo de ellos dos?-

-Bellísimo, se sentaban arriba en un banco desde donde se vía el mar y conversaban. No salían solos, Camillo venía todas las tardes a visitarla. Aunque era una persona reservada y hablaba poco, todo el mundo lo quería. Él nos traía regalitos, era muy observador y le regalaba a cada quien lo que le gustaba, a mi siempre un libro-

-¿Y tu mamá que opinaba de Camillo?-

-Estaba encantada y la mamá de Camillo también, y Ella por supuesto. Camilo era buen partido. Los Tosti tenían una casa bellísima, cerca de la de nosotros. Tan cerca que podía ver a Camillo desde mi cuarto-

-Luego la pidió en matrimonio. Pero no para casarse inmediatamente, sino que quería ir a Venezuela antes, conocer el país y la familia. Mi papá entonces, le propuso que se fuera a Maracaibo junto con Enrique para trabajar con él. El resto de la familia, por la amenaza de la guerra se embarcó para Caracas 3 meses después. A él no le gusto el trabajo y decidió regresar a Italia-

-Pero antes se casó con Italia en Caracas, fue un matrimonio espectacular, hasta López Contreras, el presidente asistió. Luego pasaron su luna de miel en Cartagena, Panamá, Cuba y Nueva York, finalmente regresaron a Nápoles. Allí a los 9 meses nació Carlitos en la mesa de escritorio de Camillo. A Italia le dio preclampcia, casi se muere. Los primeros tiempos fueron difíciles para ella, estaba muerta de la pena porque las Tosti sabían hacer de todo: Lavar, planchar, cocinar y ella no sabía hacer nada-

A partir de ahí Angelina no tiene detalles. Su hermana estaba en Italia y ella en Venezuela. Lo que si se recuerda es que Italia, Carlitos y la tía Josefa - que estaba estudiando arte allá- salieron en el minuto final antes de que las puertas de Europa se cerraran por la guerra, en el último barco que salió de Portugal a Venezuela.

M.A.

Luciana Gobbi (sobrina, nipote)



Ricordo, da bambina, lo zio Camillo come un signore molto serio, alto, elegante e taciturno. A noi nipoti metteva un po’ di soggezione, eppure non era così. Molte sono state le occasioni che mi hanno consentito di modificare le mie impressioni.

Quando noi sei sorelle stavamo ad Ischia, nella villa dei nonni, vivevamo in allegria le nostre vacanze. Poi, un giorno, sapevamo che sarebbero arrivati zia Italia e zio Camillo.

Era una grande emozione, accompagnata dalla gioia di rivedere gli zii che abitavano a Roma, anche perché ogni volta lo zio Camillo con noi nipoti si trasformava e tirava fuori dalla sua borsa caramelle, cioccolatini e regali per giocare con noi al “Mercante in fiera”. Per noi nipoti diventava una festa, alla quale partecipavano anche la cara zia Italia e gli amatissimi nonni.

Insomma, ogni visita di zio Camillo si tramutava per noi sorelle in una fonte di gioia e di allegria.

Ma il carattere allegro ed affettuoso di zio Camillo, ben diverso da quel taciturno e severo signore che poteva apparire a chi non lo conoscesse, si è rivelato in tante altre occasioni.

Una per tutte, ricordo un viaggio che facemmo quando avevo 18 anni. Lo zio, insieme a zia Italia, portò me, mia sorella Ela e la cugina Adele, a visitare la Svizzera, la Germania e la Francia.

Fu un viaggio bellissimo, ma anche molto impegnativo e pieno di avventure. Ad esempio dovevamo andare a Bonn dove avevamo un albergo prenotato, ma era il periodo della Octoberfest e allo zio sembrò simpatico fermarsi a Rudesaim sul Reno in una birreria, dove birra e vino del Reno scorrevano a fiumi e che, bevuti dai tedeschi e dai turisti in gran quantità, facevano ridere e cantare tutti.

L’atmosfera era allegra e quando ci alzammo si era fatto ormai tardi. Invano girammo tutta la città in cerca di un albergo. Alla fine lo zio decise che avremmo dormito in macchina. Ela, Adele ed io, che avevamo bevuto il vino del Reno al quale non eravamo abituate, eravamo emozionatissime e ridevamo a più non posso, ma lo zio, forse preoccupato per le condizioni di disagio nelle quali ci eravamo trovate suo malgrado, ci zittì e ci impose di dormire.

Ma il suo carattere affettuoso e anticonformista si manifestò di nuovo pochi giorni dopo, una volta arrivati a Parigi. Infatti lo zio Camillo aveva organizzato una serata con un tour di tre spettacoli di streap-tease, di cui l’ultimo era al famoso Lido con degustazione di champagne.

La zia Italia, inflessibile custode della morale, non voleva in alcun modo farmi partecipare perché secondo lei non avevo l’età.

Immaginate la mia delusione, ero andata per la prima volta a Parigi, e chissà quando ci sarei tornata, e non potevo visitare un locale così famoso e caratteristico.

Per fortuna intervenne zio Camillo e convinse la zia che quella serata al Lido non mi avrebbe corrotta, essendo, fra l’altro ormai diciottenne.

La serata andò benissimo, tanto vero che oggi a distanza di tanti anni la ricordo ancora con gioia.

La affezionata nipote Luciana.

Alicia Alamo de Siblesz (sobrina)









El joven de 100 años

Cien años parecen muchos hasta que conoces a mi tio Camillo. Alto, buenmocísimo, siempre muy erguido, impecablemente vestido y con una agilidad que impresiona hasta a los jóvenes.

Siempre ha sido mi tío favorito y yo, por supuesto, su sobrina preferida (bueno, eso creemos todas) desde que era pequeña me ha hecho reír muchísimo, aun hoy en día cuando me ve me canta “Alicita, Periquita, es bonita pero….bobita” o “Alicita lo sabe casi todo”. Siempre lo he querido muchísimo y de chiquita era mi héroe porque además de ser súper divertido y consentidor yo decía que hablaba igualito a mi ídolo el Topo Gigio. (Para los jóvenes que no lo conocieron, el Topo Gigio era un ratoncito bobísimo con acento italiano que salía todas las noches en la televisión y nos mandaba a dormir).

El tío Camillo siempre ha estado muy claro en que le gustan las mujeres, pero cuando digo que le gustan es en serio, no importa la edad, la clase social o la raza, para él todas son mujeres y por lo tanto merecen su respeto, admiración y galantería. Lo he visto levantarse de su silla a toda velocidad cuando pasa en frente de él la muchacha de servicio en casa de mi mama mientras está limpiando la sala, porque según él, es mala educación permanecer sentado en presencia de una dama. Cuando llega de viaje a Caracas siempre viene cargado de perfumes para sus múltiples admiradoras. La casa de mi mamá se llena de mujeres de todas las edades que se pelean por su atención. Nunca he conocido a ninguna mujer de ninguna edad que no le encante mi tío Camillo.

Su optimismo siempre ha sido una de sus características que más nos ha impresionado tanto a mi esposo Alberto, como a mis hijos y a mí. Una vez, en la sobremesa después de una cena espectacular en Roma, Alberto le pregunto sobre sus experiencias en la guerra porque quería que nuestros niños lo escucharan directamente de alguien que había estado allí. Nos conto lo divertido que había sido el campo de concentración en el que estuvo preso, que jugaban futbol y preparaban espaguetis. Mis hijos después de oírlo, casi me piden ir a un campo de concentración a pasar las vacaciones de verano. Estoy segura de que tuvo momentos terribles durante la guerra, pero tuvo la sensibilidad de no contarles esas historias a los niños sino las cosas divertidas. Además, él siempre ha tenido la capacidad de buscarle el lado positivo y gracioso a casi todas las situaciones.

Parece imposible que alguien pueda ser joven a los 100 años, pero ese es el caso, sin duda alguna, de mi muy querido tío Camillo. ¡Felicitaciones en tus primeros 100 años tío Camillo y espero verte en Caracas en Febrero para celebrarlos juntos! ¡Te quiero mucho!

Alicita Periquita